viernes, 29 de enero de 2010

UNA CORAZONADA



Sostenía Adán una razonable duda sobre si comer o no de la manzana que la bella Eva le tendía en su mano. Mas no pasó por alto el hecho de que ya estaba mordida por un extremo, pero inmediatamente se distrajo, embelesado por el aura sobrenatural que irradiaba el cuerpo lozano de ella, sin decidirse aún a probarla.

No comprendía por qué Eva había infringido la prohibición expresa y tajante que Dios les había comunicado de que podían comer lo que se les antojara del abundante frutal del Edén , excepto del fruto del mítico árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, y a Dios no convenía desairarlo ni desatar su cólera estando advertidos, calculó.

En su interior la duda perseveraba y crecía. Por encima de sus cabezas, un sol fulgurante se filtraba en forma de tamizados rayos por la densa arboleda del Paraíso, donde miles de pájaros rompían el silencio de la mañana con la algarabía de sus cantos. Una cascada de agua sonaba cercana y una extensa pradera se extendía hasta donde la vista no alcanzaba.

Eva parecía impacientarse ante la espera pero mantenía la manzana próxima a su pecho, dorado por el sol y la brisa agradable de los días de estío. El cabello sedoso y castaño le caía sobre los hombros seductoramente. Adán se acercó y cogiéndola por la cintura la atrajo hacia sí, besándola profundamente y sin desmayo.

Sin terminar el beso ,cogió de su mano la fruta prohibida y a un centímetro de sus labios la detuvo antes de morderla. Siguiendo el pálpito de una intuición fortuita, tensando el brazo, la lanzó a gran distancia, cayendo muy lejos de allí….

De repente ,Dios , que estaba a un millón de años luz de allí, sintió un súbito respingo en el estómago y dejando la tarea que le tenía entretenido, se preguntó, curioso en qué estarían ocupados su pareja favorita…





Del libro de relatos inéditos “ Cuentos sin fin” de Casiano López.

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