La piel de mis maletas es como
una segunda piel
en la que la vida va trazando sus surcos.
De vez en cuando aparecen dibujos
de sublimes líneas,
otros, los más, desgarrones
que encuentran su paralelo
sobre mi piel.
Os cuento esto para que veáis la relación,
a cada golpe me corresponde
un golpe, a cada caricia, un gesto
simétrico y las horas se desgastan y
vacían en cada estación,
en cada parada en la que el incierto
azar nos coloca.
Sobre los raíles, el fulgor del sol
me deslumbra arrancando esquirlas
de oro a mis ojos
cansados y sedientos de sombras
que anhelan la calma y
el sopor del sueño que precede
al sueño.
Del libro de poemas inédito “ El aire sin peso” de Casiano López-
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