sábado, 30 de enero de 2010

TRISTES DÍAS



Hoy se cumplen 12 años con sus días y sus noches, sus inviernos y sus primaveras, sus otoños y sus veranos desde que brutalmente nos fuisteis arrebatados un 30 de enero de 1998. Sí, en la esquina de don Remondo con Cardenal Sanz y Fores , en la muy indolente, demasiadas veces, ciudad de Sevilla . Os habían seguido como lobos tras su presa, esperando que regresarais a casa aquel jueves maldito tras la última copa, que esta vez de verdad, parece mentira, sí que fue la última. Presintiendo que algo no iba bien, Alberto giró la cabeza y se encontró la pistola que llevaba a menos de medio metro de la nuca. Un certero disparo la atravesó e impactó en el muro del Palacio Arzobispal. De la garganta seca de Ascensión un corto grito de pánico no tuvo tiempo de alargarse. Las cuatro flores que llevaba en sus manos cayeron con la lentitud eterna de lo que nunca termina de acabar. Un segundo disparo terminó con todo y un silencio inabarcable inundó la calle húmeda y gélida. Sus cuerpos quedaron uno junto al otro. En la casa, sus tres hijos los esperaban, como los siguen esperando hoy, 12 años después.


Las flores de Ascen caen una y otra vez y vuelven a caer , lentas y ralentizadas en su movimiento sin final, atrapadas en un bucle del tiempo, sin llegar a tocar el suelo, marchitas todos los jueves de enero, en memoria de los ausentes que unos lobos sin escrúpulos sacrificaron inútilmente.

Os llevamos dentro. En nuestros corazones no cabe el olvido. Lo sabéis porque estáis vivos. La muerte no siempre vence.

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