miércoles, 27 de enero de 2010

PERDONA NUESTRAS DEUDAS




Seguro que su banco de Usted no le perdona ni una, como habrá podido apreciar en alguna que otra ocasión. Si Usted le debe una cantidad y no la provisiona a tiempo, le cobrará su pertinente y sustanciosa comisión, a la que hay que añadir las que le cobra a lo largo del año, destacando las de mantenimiento , el descubierto o posición deudora y demás usuras y artificios financieros que son los que contribuyen a engordar su cuenta de resultados, que nunca parece lo suficientemente llena en cuanto a beneficios, cobrándole la friolera de una media de178 euros anuales de gastos varios por tener abierta allí su humilde cartillita.


A Usted, con dolor o sin anestesia, su banco se la mete hasta el fondo y cada vez que por necesidad tiene que ir a pedir un crédito de la naturaleza que sea, le someterá a un exhaustivo y concienzudo análisis tan detallado como una exploración ginecológica, a fin de comprobar que cada céntimo que le prestan , Usted lo devolverá con creces y al interés vigente.

Ese es el protocolo que se empleará si es un ciudadano el que llama a las sucursales de este gran tinglado. Ahora, si es un partido político el que se entrampa por encima de sus posibilidades, la entidad bancaria de marras no le presionará con comunicados periódicos ni molestas llamadas, ni le pasará la deuda a un bufete de abogados para que se la reclamen.

Qué va. Nada de eso. Lo natural es condonar lo que se debe, pagar la convidá, para que se entienda, como han hecho dos bancos españoles, perdonando a un gran partido de izquierdas nacional nada menos que 33 millones de euros ( 6.150 millones de pesetitas) entre principal e intereses para saldar una deuda que dicha formación arrastraba desde hace 20 años.

Si Usted no paga, ya sabe a lo que se atiene. Si un partido no paga, no pasa nada. Estamos acostumbrados a este nivel de corrupción generalizado. Tanto nos hemos hecho al cuerpo que incluso, puestos a perdonar, se condonan hasta créditos personales, como uno que se traspapeló de un destacado dirigente andaluz.

Ya se sabe, perro no come perro.


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