jueves, 28 de enero de 2010

ALIMAÑAS



El Rafita es un psicópata y un delincuente de manual que tiene en su haber uno de los crímenes más horrendos que se recuerdan de la crónica negra y reciente de la España contemporánea .Las salvajadas que perpetraron a la infeliz Sandra Palo el fatídico día en que la pobre chica se encontró con esta partida de hijos de puta y mal nacidos no pueden narrarse sin que a uno se le pongan los vellos de punta. A pesar de lo diabólico del crimen a nadie se le ocurrió quitar de en medio semejante escoria , cometiendo un acto de legítima venganza, confiando en que la Justicia sería capaz de equilibrar la balanza, condenándolo a una pena proporcionada a la magnitud de su insana acción, que sólo consistió en 4 años de reclusión en un centro de menores.


Pero los asesinos impunes tienen suerte y con la excusa de ser menores de edad se escapan por cualquier resquicio legal para poder continuar sus brillantes carreras delictivas, acumulando denuncias y detenciones y saliendo y entrando por las puertas de los Juzgados con plena naturalidad.

Así que El Rafita- casi convertido en víctima en la única entrevista que ha concedido a Telecinco hace unos días- asesino y violador demostrado, campea a sus anchas robando vehículos, acompañado de su cuadrilla, pese a estar en libertad vigilada , como le ha ocurrido esta última ocasión en Madrid donde ha sido detenido por cuarta vez.




Si con sus antecedentes y su historial este cabrón no tenía ninguna vigilancia especial, pueden imaginarse lo seguro que podemos vivir con una Administración de Justicia de la Srta. Pepis, y no con la de un país moderno como corresponde a España en este siglo XXI, en el que lo único que va parejo con los tiempos son los sueldos y las prebendas de los políticos encargados de promulgar las leyes, o de reformar las que hacen agua con el objeto de que estos malandrines no se rían en nuestras caras después de que las atrocidades que cometen no tengan la justa contrapartida.

Impotencia y rabia es lo que deben sentir los padres de Sandra, igual que los de Marta del Castillo, de la que se ha cumplido un año de su desaparición, encontrándonos con la papeleta de que su asesino y violador saca pecho en la cárcel de Morón, tiene club de fans e indolentemente deja pasar los días, sabiendo que el tiempo trabaja a su favor ya que no hay cuerpo del delito, sin que la Policía haya sido capaz de sonsacarle la verdad de lo que ocurrió.

Para estos bastardos, la ley no tiene ningún peso, y para las familias de las víctimas y demás ciudadanos, tampoco credibilidad. En unos cuantos años, Miguel Carcaño estará de nuevo en la calle junto a otras alimañas para poder seguir delinquiendo a placer. Si después de asestar a la sociedad sus sádicos golpes, los fallos del sistema le permiten repetir, que nadie se tire de los pelos y se lamente si el animal desbocado que late en ellos reclama un poco más de sangre.


No hay comentarios: