Por Tutatis, exclaman a la menor oportunidad Astérix
y Obélix en la famosa saga de cómics de Uderzo y Goscinny ante cualquier
eventualidad que se presente. Igual que los héroes galos también puede servir de exclamación para recibir a la roca
del mismo nombre, del tamaño de una montaña y 5 Km de de diámetro – cuando escribo
esto, ya habrá pasado- el día 12 del 12
de 2012.
Y aunque tenga el nombre galo del dios de la guerra
y de las tribus, no causará ningún daño a nuestro planeta, ya que en su máxima
aproximación, un poco antes de las 8 de la mañana, se situará a 6,9 millones de
Km ( 18 distancias lunares ), medida suficiente para poder dormir tranquilos.
La verdad es que no es necesario que suceda ninguna
catástrofe que provenga del exterior si los mismos humanos tenemos el terrible
poder de provocarlas a diario para menoscabo de los habitantes de la aldea
global. Por esa razón- incuestionable- elevamos una plegaria a lo más alto, ya
sea a los dioses que pueblan el Olimpo o al mismísimo Jesús, cuyo nacimiento
vamos a celebrar en breve por estos pagos occidentales.
Una oración, humilde y sentida, para que el
responsable que tramita el negociado que afecta a los asuntos terráqueos,
cambie, si es posible el sino errático, la senda equivocada por la que tan bien
nos movemos y que bien podría empezar así:
-
Perdona, oh, Señor, a los individuos de
la catadura moral de Díez Ferrán, Urdangarín y tantos otros, políticos, empresarios, sindicalistas y demás
ralea variopinta, por meter la mano donde no deben, impulsados por un atávico
impulso de avaricia desbocada.
-
Perdona, Señor, a la dadivosa Unión
Europea, por la generosa ayuda- rescate que se cobrará con creces- para salvar
otra vez a la ineficaz banca española que, incapaz de sanearse con sus propios
recursos, lo único que sabe hacer es desahuciar a los pobres, subir el importe
de sus hipotecas para compensar pérdidas y salvaguardar la pasta de los de
siempre.
-
Perdona, Señor, a este Gobierno por
recortar 283 millones de euros de la Ley de Dependencia, amen de los recortados
en Educación y en Sanidad. Como se nota que ellos no dependen de nadie y por lo
tanto, creen que los demás gozan de la misma suerte.
-
Perdona, oh, Señor, al lujurioso
Berlusconi, devorador insaciable de ninfas y bambinas de torneadas piernas y
oscilantes pechos, por querer volver a la primera línea en su afán por
estrellar al país vecino definitivamente.
-
Perdona, Señor, por los centenares de
millones extraviados en los ERE en Andalucía sin que nadie sepa cómo. Es que al
presidente Griñán le debe ocurrir como al pobre González- por favor, que se
centre ya el partido y podamos recuperar una nueva mayoría- que se enteraba de
sus escándalos por la prensa.
En fin, Señor: perdona
a los israelíes por las continuas masacres de palestinos; al Barcelona, por
tener a Messi; al Real Madrid , por no terminar de arrancar; al perdido de
Zapatero, por no haber sabido hacerlo mejor; a Van Gogh, porque al final no se suicidó sino que lo
mataron accidentalmente unos cazadores fortuitos; a la stripper del metro de
México por el terrible crimen de enseñar las lolas en un país de narcos y mafia
a patadas; al titular del Juzgado número 4 de Jerez, por embargarle las cuentas
corrientes del ex alcalde Pedro Pacheco; a Diego Valderas, líder de IU, por
pasar de ser látigo a cómplice de los enjuagues del PSOE andaluz y perdona
también a los generales del ejercito USA, John Allen y David Petraeus por no
haber sabido frenar sus calenturas de adolescentes y lógicamente haber caído en
el adulterio con sus aventuras extramatrimoniales.
Y
si es por perdonar, perdóname a mí, Señor, por mis pecados pasados- de los que
me arrepiento sobradamente y por los que estoy pagando un
elevado precio- y por los del futuro, por si no puedo evitar sucumbir a la
tentación.
Amén.
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