miércoles, 3 de marzo de 2010

PORCA MISERIA

Como un ubriqueño de la puritita Sierra, como un gaditano de profundas raíces trimilenarias, como un andaluz sin fronteras o un español de natural empaque, a partir de hoy, miércoles, Peter Parker, el hombre que encarna a Spiderman, tiene un rasgo común con todos ellos : ha sido puesto de patitas en la calle; sin más contemplaciones ni gaitas lo han mandado a la negra lista del paro, tal como aparece en el número 623 de Amazing Spiderman, puesto a la venta hoy.


Como no tenía bastante con enfrentarse al regreso de sus enemigos más peligrosos y enconados, el joven superhéroe creado en 1962 por Stan Lee y Steve Ditko, tendrá que lidiar con las consecuencias negativas de su nueva situación, impensable unas décadas atrás, cuando la riqueza especulativa y los beneficios parecían no agotarse nunca.

Ahora corren malos tiempos para la lírica. Y ya nada parece distinguir a un ciudadano corriente y moliente sumido en sus tribulaciones diarias de un personaje del rango mítico del héroe de la Marvel, al que su jefe inmediato en la Oficina del Alcalde, le espeta un “ Estás despedido” a bocajarro, rotundo y demoledor, ante el cual, un Peter Parker, cabizbajo y abatido, cruzará la línea invisible que separa al ocupado en un oficio del que ya no lo está.

Sí, ahora dispondrá de más tiempo para combatir a los incontables villanos que azotan la megalópolis de Nueva York, y es hasta posible que multiplique sus espectaculares apariciones, suponiendo que no caiga en los brazos de una profunda depresión. Mientras finta a los malvados canallas y se desplaza veloz entre los rascacielos, es seguro que en su cabeza enmascarada se agitaran revueltos pensamientos tan mundanos cómo si será capaz de pagar un techo bajo el cual dormir, o las relativas a la manutención diaria de los víveres necesarios para subsistir, o el engorro mensual de atender las facturas del banco sin sucumbir a los números rojos o que te llamen teléfonos desconocidos a deshoras , tratando, a pesar de los inconvenientes del nuevo estatus de parado, de no perder la concentración que la lucha contra el mal requiere.

Pero no debe preocuparse el talentoso fotógrafo y héroe a la misma par. Con un poco de suerte, estará de nuevo trabajando en otro sitio, o estrenando una nueva ocupación quien sabe dónde. A fin de cuentas, ni vive en Ubrique, ni es de Cádiz ni tampoco es andaluz y lo mejor de todo, con diferencia, no es un español abandonado al incierto azar cuyo futuro dependa de los conocimientos sobre Economía demostrados por el primer ministro hispano en lo que concierne a la creación de empleo, de cuyo nombre no queremos acordarnos.

Y es que más que un político reúne todas las virtudes de un Supervillano, a tenor del nivel de devastación que deja tras de sí allí donde pisa. Dubitativo y sin carácter , persiste en sus trece aunque el país se le desangre y permanezca entubado, esperando un milagro que un ateo convencido como él ni puede pedir ni tampoco creer que ocurra.

Como ves, Peter, no lo tienes todo perdido.

Siempre te quedará ella...

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