jueves, 25 de marzo de 2010

LOS DÍAS SEÑALAÍTOS


Ha llovido a intervalos regulares la mayor parte de la noche. Al amanecer, el cielo se ha encapotado con un gris uniforme y desleído. De vez en cuando caen unas gotitas y un frío que recuerda al del duro invierno se hace presente por medio de desagradables rachas de viento. Estas lloviznas son pasajeras porque la borrasca que las produce no va a tener una larga vida. Un día, si acaso, lo más.


Y después aparecerá el sol, que coronará los cielos, espléndido e imperturbable. Retornará el calorcito y apetecerá echarse a la calle en busca del Santo Grial de la luz que como un tesoro se derrama por las tierras andaluzas y traerá la explosión festiva del Domingo de Ramos, que está ahí a las puertas, anunciando el milagro de la primavera, con la celebración de sus ritos religiosos, aparte de otros que caen dentro del ámbito de lo pagano, lo mundano y lo carnal.

Pero los pasos pronto estarán fuera de los oscuros templos, reviviendo una fe popular que se recrea en la escenificación de la Pasión de Cristo junto al pueblo llano que toma calles y plazuelas, celebrando una ceremonia de los sentidos, que se han vuelto más receptivos en cuanto la luz ha hecho su triunfal aparición, inundando los rincones de una claridad purificadora.

Poco importa esta repentina tristeza que se ha adueñado de este último jueves de marzo. La melancolía se irá disipando lentamente como una espesa niebla que tapa cuanto vemos, pero que tan pronto levanta, dejará al descubierto la belleza sin igual de un maravilloso cielo azul, donde se irán presintiendo los días señalaítos…..

1 comentario:

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

Preciosa la foto y preciosas las palabras...