jueves, 18 de marzo de 2010

MENSAJES


No sé si tiene mucho sentido seguir aferrado a este blog como un naufrago se agarra a una tabla. Si lanzar mensajes encriptados o no dentro de una botella que el mar se lleva adentro con la marea todos los días, a la espera de que alguien la encuentre sobre la arena de un lugar lejano, tiene algo de lógica, o simplemente corresponde a un ejercicio de vanidad del que es difícil zafarse para alcanzar un mínimo de sosiego espiritual en mitad del caos diario.


Si escribir día tras día un par de cuartillas conjura los demonios internos y te hace sentir mejor. Si compensa, en definitiva, escribir para una veintena de personas que te siguen con regularidad, o uno lo hace para sí mismo, aunque no tuviese la fortuna de tener lectores. ¿ Qué hacer, entonces?

Y si acaso no hay nadie al otro lado. Sólo el eco de mis palabras que se pierden en el vacío y en la nada hasta que de ellas no queda ni rastro. Como un espejo que no devuelve la mirada, despoblado de todos aquellos que ahora son fantasmas y que alguna vez se asomaron a las profundidades de su abismo.

No hay comentarios: