jueves, 25 de febrero de 2010

COMUNICADOS Y RECTIFICACIONES


Ayer, el paladín de los Derechos Humanos, el defensor de las minorías, de los excluidos, de los diferentes, el Quijote hispano de sonrisa perenne y optimismo recalcitrante, cuyas ojeras delatan ya el inmenso peso agobiante de la púrpura y de la presión a la que se ve sometido, olvidó, cosas de la vida, le puede ocurrir a cualquiera, en el marco incomparable de la Sala XX de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones de la ONU, en Ginebra y bajo el techo orgasmático y estalactítico del compatriota Miquel Barceló, condenar la injusta muerte de un preso de conciencia, el disidente Orlando Zapata, de 42 años de edad, tras 85 días de huelga de hambre, que ha sido dejado morir con todas las de la ley, por el régimen dictatorial castrista.


Ni una palabra, ni una recriminación, ni una defensa enconada de los derechos elementales que asisten a todo ser humano. A nuestro primer ministro, líder de la izquierda más progresista y avanzada de Europa, se le bloqueó ayer el mecanismo de las causas perdidas y se hizo el sueco, absteniéndose de emitir un pronunciamiento crítico y contundente contra el tratamiento criminal que se aplica a la disidencia por el país hermano.

En el lugar adecuado, con un tema estrella como el de la pena de muerte y con el crimen tan reciente de Zapata, fue, llegó, habló y no dijo nada, para no molestar. Perdió su oportunidad y rebajó un palmo notorio el listón del poco prestigio que le va quedando.

Hoy, sin embargo, en el Congreso de los Diputados, al inaugurar la reunión de presidentes de comisiones de Exteriores de la UE, ha lamentado profundamente la muerte del albañil detenido en el 2003, exigiendo a Cuba que devuelva la libertad a los presos de conciencia. Tan impresionado ha quedado el presidente Raúl Castro que ha advertido que no tolerará ningún tipo de injerencia sobre el tema.

Aunque tarde, rectificar es de sabios. Se ve que según en qué plazas, el maestro torea con una mano o con la otra. Aunque con la izquierda, izquierda no anda muy fino últimamente.


 
 
Entrevista a la madre del recientemente fallecido Orlando Zapata.

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