lunes, 24 de mayo de 2010

LA COGIDA


Dentro de unas décadas se podrá crear un toro con todos sus avíos, no un clon- sino un toro artificial- por supuesto, pero un toro con dos cojones, a fin de cuentas. Estará al alcance de Craig Venter y de su equipo, que ya definieron el mapa del genoma humano y que la pasada semana anunciaron un descubrimiento revolucionario o histórico-se verá a su debido tiempo- que no otra cosa es la creación en laboratorio de la primera célula sintética. Lo que repercutirá de tamaña proeza es inimaginable y las consecuencias, impredecibles.



Mientras tanto, este toro original, de nombre “ Opíparo”- que casa mal en esta fatídica época marcada por la decrepitud y los futuros recortes- estuvo a punto de precipitar una nueva tragedia en el coso de Las Ventas de Madrid, al empitonar por el cuello al maestro Julio Aparicio en un traspiés desventurado , llegándole a salir el asta del morlaco por la boca del diestro, rompiéndole los maxilares y atravesándole la lengua.


Milagrosamente no lo degolló en el acto y el torero- aunque con pronóstico muy grave- está fuera de peligro. Los toros, por lo tanto siguen siendo lo que deben ser. Un espectáculo que aúna belleza y tragedia a partes iguales y cuyo desenlace tiene mucho de incierto. Lo demostró la reciente cogida de José Tomás y lo corrobora el impresionante derrote sufrido por Julio Aparicio, sobrevolando en ambas la sombra de la muerte los cosos madrileño y mexicano.


Relegando el tema momentáneamente por lo morboso del asunto o en argot taurino, dando una larga cambiada, el gobierno pasará por el Congreso el próximo jueves su inaplazable proyecto de recortes sociales a funcionarios y pensionistas, buscando apoyos a la desesperada entre el resto de partidos, para no verse en la tesitura de aplicar el Decretazo en solitario. Los detractores de las corridas de toros, como entendidos y duchos en la materia, no podrán negar que vamos a ser empitonados con todas las de la ley- por do más duele- y sin anestesia, sin ser del todo animales y sin que nos defiendan decentemente.


Hablando en plata, por el simbólico ojete del bolsillo.



Vídeo de la espeluznante cogida.

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