Dan ganas de renegar de esta casta guerracivilista de políticos que sufrimos con estoica paciencia y mandarlos de una puñetera vez al carajo a unos y a otros sin pensárselo dos veces. A los del gobierno, por su rayana y meridiana incompetencia, demostrada con creces sin tener que sacarle los colores y las vergüenzas ministro a ministro en sus respectivas áreas. A los de la oposición porque con actitudes como las del Sr. Rajoy resulta impensable que pueda llegar a coronar la cima del Palacete de la Moncloa, en la que es su última oportunidad.
Decir al que quiera oírle y con el pecho henchido que el Sr.Camps será candidato a la Generalitat valenciana, diga lo que diga la justicia el próximo día 12, es una chulería provocadora al más puro estilo lumpen, que le resta tela de puntos al líder popular. Con esa misma argumentación, el PSOE está legitimado para hacer con sus corruptos lo que le salga de las pelotas, es decir, mantenerlos en el cargo, o auparlos hacia arriba, como cierto virrey del sur, involucrado en otro dudoso asunto que le afectaba de lleno familiarmente.
Al final, es lo mismo, se mire a la izquierda o a la derecha o a los nacionalismos, la pestilencia y la corrupción son de corte parecido. Si cuando llegue el día 12, el Sr. Camps, por el cambalache de los trajes es declarado culpable de algún delito, Rajoy se la tendrá que meter doblada y activar el plan B. Se comerá con papas su desafio, rectificando con que no quiso decir aquello sino lo contrario, apuntalando un poquito más a un PSOE que todavía- débil y sin iniciativas fructíferas- sigue en el gobierno.
Para empezar, debería analizar la escasa diferencia de escaños entre los conservadores británicos y los tories, visto el escrutinio de las elecciones de ayer, y extraer la correcta lectura de dichos datos, para que en el año 2012 no le suceda lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario