miércoles, 26 de mayo de 2010

DETENTE


Hagamos un inciso en este pandemónium que nos atosiga y nos desasosiega dando rienda suelta a la ansiedad. Una calculada parada a la sombra de una arboleda , una dilatada pausa para aspirar una bocanada de oxígeno o refrescar el sediento gaznate mientras los pies descansan del tortuoso camino. Releguemos diligentes las miserias cotidianas a un segundo, tercer plano: si el “ porco governo” que nos malgobierna ha perdido el norte torpemente , es una evidencia tan notoria que a fuerza de repetirse no va a impedir que el sol salga. Allá ellos con sus cuitas.



Hoy toca algo distinto, diferente, fresco, sugerente. Tan trivial y común como un culo. Sublime curvas en la simple simetría que aloja su belleza. Tentador como los días de verano que se acercan. Ah, el largo estío abrasador, cuando busquemos el solaz del retiro en la penumbra de las estancias umbrías , los ojos entornados por la luz devastadora. Y allí, tendidos, acompasando la respiración, nos recreemos en una imagen de la memoria que sea como un sueño. Lasciva o dulce, que los perdidos dioses la alienten con la mecida suave de sus historias sin tiempo.

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