Casi sin darnos cuenta, llegaron y se fueron las Cruces de Mayo y su tradicional Crujida de Gamones- extraña celebración en un lunes no festivo- con esa calorcita previa que anticipa la canícula pegajosa del verano, que ha sido combatida con una bajada de temperaturas y un clima frío espontáneo como ataque final antes de abandonarse a la derrota final del estío. Sí, queridos, llego mayo florido, el mes de la explosión de la primavera, de las comuniones y de las alergias galopantes y sin freno, que nos producen estornudos, picores de ojos, moqueo y demás efectos noqueantes en el sufrido cuerpo.
Pasó también el 1 de mayo, y en Ubrique no se movió una hoja, a pesar del elevado paro que nos castiga y que se va consolidando con leves subidas y bajadas que nada modifican la cifra , exactamente igual que el descenso anunciado hoy a nivel andaluz y nacional, provocado por el efecto Semana Santa, que poco alivia al enfermo. Se deduce que las medidas tomadas para paliar esta tragedia general no han mejorado demasiado el tenso escenario que nos acompaña como algo ya cotidiano.
Sin embargo, mi Pepe, los niños y yo sí hemos aplicado medidas cautelares como la original de prescindir de la ingesta de yogures griegos, no vaya a ser que se nos contagie algún virus del que asola al país vecino y que viaje a través de la leche fermentada. A primera vista, provoca risa e hilaridad, pero qué demonios, por algún lado hay que empezar a conjurar el problema.
Y por otro lado, cómo me alegro de lo solidario que somos. Siempre lo hemos sido y no creo que cambiemos mucho en ese aspecto, por muy mal que nos vaya. Pues no estamos hasta las trancas, más parados que un reloj de mármol y vamos y le soltamos 9.000 millones de euros con su pico y todo, que además no tenemos, a los griegos, para que no caigan en la bancarrota total a la que les ha llevado su desgobierno. No puede ser. A buenos no nos gana nadie y a Zapatero, menos, con esa sonrisa de bonachón que es que dan ganas de comérselo.
Porque arreglar, arregla poco la verdad, pero a guapetón y seductor no hay quien le eche la pata , con ese juego de cejas que me deja las rodillas flojas. Aunque miento, no es del todo cierto. Nosotros tenemos a nuestro Alcalde, con esa tranquilidad y serenidad que inspira su porte, capaz de desarmar al tío más crispado. Fíjate si es bueno y noblote, que tiene tantas cosas en la cabeza que se ha olvidado por completo de reabrir la puerta principal del Ayuntamiento, un lugar tan señalado, tan visible y simbólico, digo yo, y que pasado un año y algunos días sigue más congelado que un crédito de banco sin nómina ni avaladores.
Yo, que me fijo mucho, y paso por la Plaza continuamente, espero que antes de las municipales la famosa puerta abra sus goznes a propios y extraños , no vaya a ocurrir que el pueblo- en su infinita sabiduría – les haga salir por la puerta de atrás, como les ocurrió a sus predecesores. Si hay que salir, que sea por la Grande, no como cierto Alcalde de la capital de Andalucía que se la va la dignidad a chorros por días. Bueno, yo soy la Mari y mi opinión no cuenta, pero lo digo…
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