ACABADOS

Díaz Ferrán, el presidente de la CEOE, insolvente e incapacitado para el cargo- su historial no tiene desperdicio- , es un hombre acabado- en el sentido figurado del término - como lo es Francisco Camps, president de la Generalitat Valenciana, que ansia ser nominado de nuevo como candidato cara a la próximas elecciones , con el apoyo del mismísimo Rajoy - que no lo tiene claro - a pesar de sus enjuagues nada inocentes. Lo es, como el desprestigiado Zapatero de tristes muecas, caballero, al que se le pasó el arroz en un largo suspiro, y que acorralado en tablas, se traga su propia sangre esperando la dadivosa puntilla que ponga fin a tanta agonía. Casi muerto, pega derrotes asesinos más a siniestra que a diestra, según se testimonia de la dirección de sus medidas tomadas a bote pronto y bajo presión, que poco han de aliviar el grave estado del enfermo.



Los tres son cadáveres amortizados para la breve historia que legarán a las generaciones venideras. Con lastimosas y escasas líneas quedarán registradas sus penosas andanzas. Dentro de una década o menos, serán olvido, polvo, nada, pavesas quemadas que el viento aventa. Pistoleros de poca monta caídos al primer duelo.