domingo, 4 de abril de 2010

RESURRECCIÓN



Dos mil años después, el hijo de Dios resucita a los tres días, para traernos un mensaje de esperanza y de futuro. El mundo ha cambiado poco en lo sustancial, pero su mensaje no muere ni caduca por esa misma razón. Jesús no cae en el olvido porque al hombre le cuesta cambiar su esencia. El mismo Papa de Roma, su vicario en la tierra, anda atribulado cargando la cruz de la lascivia humana de algunos miembros corruptos de su iglesia, que por no respetar no respetan ni a los niños. Es la historia de siempre, cambiando las sotanas. En una cesta bimilenaria es fácil que abunden las manzanas podridas, por lo que es el momento de atajar con decisión la enfermedad que no cesa de repetirse. Lo esperamos de su santidad.

Cuadro original de Casiano López.

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