Ubrique, con sus casitas blancas , como nidos de cigueñas, pegadas a las faldas de la sierra. Con su Cruz del Tajo, y su San Antonio, que vela por los intereses de las mocitas casaderas. Con sus gentes trabajadoras y acogedoras. Con sus siglos de historia y de no pocas partículas errantes del poso que deja el tiempo flotando libres en el aire sobre las callejas de su trazado urbano y entre los riscos anaranjados de sus piedras, donde hace relativamente poco hordas de franceses invasores cabalgaban impetuosos incendiando y destruyendo todo a su paso,violando el solar hispano de norte a sur, crisol de culturas entremezcladas.Sí, Ubrique de mis entretelas, cuantas historias, grandes y pequeñas, heroicas y humildes, reposan ocultas en las miradas de tus gentes, legado de los que nos precedieron, herencia sagrada para los que vendrán.
Pintura original sobre papel de Casiano López.
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