martes, 6 de abril de 2010

LUCES Y SOMBRAS


Hay días en que la luz se desborda con la intensidad de una espada flamígera, y sin embargo crecen, en el envés oculto, las tinieblas en el interior de algunos seres, sin que esa manifiesta dualidad entre en colisión. Por un misterioso azar la luz busca expandirse ocupando cuánto mayor espacio, mejor. A las sombras les sucede lo mismo. Densas y sin aristas, enlutan por donde quiera que pasan, sumiendo en la oscuridad cualquier atisbo de luz, cualquier resquicio brillante o el más insignificante destello.


Esto es lo que le sucedía a K. por primera vez de forma preocupante. Poco importa que abril explosionara en una exuberante primavera de lujuriosos contornos, verdadero festín para los sentidos. Por dentro, una laguna negra y espesa le iba inundando a cada minuto que transcurría, emponzoñándole peligrosamente.

Cuando la negrura le llegase a los ojos, un turbio velo de melancolía, una suave gasa de tristeza le empañaría la visión, desdibujando el mundo visible hasta el punto de hacerlo irreal o irreconocible. Entonces sería tarde. Antes de abandonarse al vacío, de condenarse para siempre, de sucumbir a la derrota, un escalofrío y un vértigo le sobresaltaron en la boca del estómago, bruscamente.

Tenía que realizar un último intento por salvarse. Debía poner a salvo lo mejor de sí mismo, tanto tiempo oculto por la desidia de los días. Si había que decidirse, mejor cuanto antes. Como Arturo frente a Excalibur, clavada en mitad de la roca, se concentró fijamente y fue desatando uno a uno la cuerda de nudos que le impedía respirar y vivir. La sombra que lo habitaba comprendió al instante lo que K. intentaba terminar, e inició un ascenso vertiginoso hacia sus ojos, para volverlos tristes y apagados.

K. experimentó el cambio que se fraguaba en sus adentros, y junto al nudo más enreversado y complicado de desatar- la espada-talismán ya casi fuera- K. tomó una profunda bocanada de aire y…..

 
Del libro de relatos inéditos " Cuentos sin fin" de Casiano López.

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