miércoles, 14 de abril de 2010

EL JUSTICIERO


El Juez Garzón levanta pasiones. Igual que el Clásico recién celebrado entre el Real Madrid y el Barcelona. A favor o en contra, raro es el día que no aparece encabezando un titular en los medios de comunicación. Lleva así desde el primer instante en que fue nombrado Juez de la Audiencia Nacional y hasta hoy. Cultiva por igual amigos y enemigos a patadas, aunque por el sesgo que va tomando el asunto, los últimos parecen más organizados que los primeros, que se limitan a pergeñar homenajes como el que se ha concelebrado en la Universidad Complutense, foro de una especie de mitin en defensa de la honorabilidad de su persona, en la que destacados y significados líderes de la izquierda que han desfilado por la tribuna han arremetido en bloque contra el sistema judicial y una parte de sus miembros, tachando de fascistas y retrógrados a aquellos que osan sentar al Juez Estrella en el vulgar banquillo con la categoría de reo.


Una presión indisimulada contra una de las patas del Sistema, que ya veremos cómo encaja la arremetida. Mientras tanto, Garzón espera el desenlace. Juez de causas grandielocuentes , pésimo instructor de grandes sumarios en los que comete demasiados fallos, según comentan los que le conocen bien, que no terminan de prosperar por ello, son muchos los que opinan que el personaje ha sido y es un buen togado. El hecho baladí de que en un momento dado saltase a la política de la mano de Felipe González, que le prometió una cosa y luego le dio otra, para volver después a la Judicatura, puede que tan sólo se haya quedado en una anécdota de su fulgurante carrera, pero dice bastante de la ambición de este jiennense , que de estar todo el día en el candelero puede literalmente pasar a quemarse en la hoguera pública prontamente, por muchos actos que se convoquen en su defensa.

1 comentario:

D.V.M. dijo...

En los otros cargos que se le imputan no me meto, pero el de prevaricación se basa en que se ha saltado una ley preconstitucional (que podría ser sinónimo de anticonstitucional), esa ley (la de Amnistía) se supone que la pidió la izquierda, evidentemente como algo transitorio ya que sin ese paso burocrático no hubieran podido participar en la Transición. Transición incompleta (aunque no se hubiera podido hacer de otro modo) en la que las fuerzas del anterior régimen se perpetuaron en el poder de forma “democrática” y en la que se careció del “Nürnberg” que hacia (y hace) falta. De hecho todo esto llega demasiado tarde y se ve como las 2 Españas aun siguen presentes.
Saludos.