martes, 29 de junio de 2010

LA CAJA DE LAS CAJAS


Se cae el amigo José Antonio- vulgo Pepe Griñán- del camino de Damasco. De repente, un haz de luz, un resplandor nuclear le tira del caballo y lógicamente, besa el polvo. Con la luz retorna el entendimiento y el regocijo de retomar el manoseado tema de la Caja Única- gran proyecto del decadente Chaves- que vuelve a la palestra con desusado brío. Reordenar el puzzle del sistema financiero andaluz es lo prioritario.



Fusionarse, mejor de forma integral que en frío con la siguiente hoja de ruta: primero, Unicaja- Cajasol, por su mayor volumen de negocio. A continuación, pujamos por Cajasur para que no salga de nuestras fronteras. Entremedias se insta al orden a Caja Granada para que reconsidere su posición esquiva y entre en razones por esa cosilla del sentido común.


Demasiadas carambolas encadenadas para ser competitivos, ganar músculo y alcanzar un buen puesto a nivel nacional tras la reordenación del montón de cajas en pérdida que la situación obliga. Suponiendo que se superaran los referidos obstáculos a corto plazo un leve tufillo nos sobrevuela con la duda de que harían con los caudales unificados de esa gran Caja y a qué objetivos los dedicarían buscando la rentabilidad.


Allí, sentados en los Consejos de Administración de las entidades, representando a los partidos y a los sindicatos, o lo que es lo mismo, condicionando y politizando sus decisiones al albur de los resultados electorales, el proyecto plausible de una gran Caja nos cae tan lejano, tan irreal, tan vólatil como la promesa de acabar con el paro, reducir el déficit sin menoscabar los derechos sociales o soñar con que de repente los bancos ya no persiguen el beneficio puro y duro porque ahora se quieren transmutar en Cáritas. ¿ Quién se lo cree? Ellos, porque le va lo suyo en ello, por consiguiente, coletilla que repetía cada dos por tres una vaca sagrada del socialismo patrio que mismamente mata el tiempo diseñando joyas y dictando conferencias muy bien pagadas.

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