miércoles, 30 de diciembre de 2009

FIN DE FIESTA


Llegan las horas finales del año. Los minutos se empujan unos a otros y los segundos caen al abismo del pozo insondable del tiempo. Parece que discurre igual para la infinita tribu humana que habita la lentejita azul de la Tierra- insignificante en el cosmos sin fronteras ni límites- pero no es así en el fondo. A cada cual le toca su particular lotería, que nada tiene que ver con la que esperamos que nos salve en alguna ocasión. Es un azar incontrolable el que juega con nosotros, bolitas sin importancia en el bombo del universo.


Del amor al desamor, de la ventura a la desgracia, de la pasión al desencanto, de la ilusión al abandono, de la salud al quebranto, de la abundancia a la miseria, solo hay un paso, unos minutos fatales, unos segundos vitales para que el cambio se produzca.

Como nos puede tocar lo bueno o lo malo sin desearlo, dejemos las cosas tal cual. Si el río de la vida nos lleva, no ofrezcamos resistencia a la corriente, ni gastemos esfuerzos vanos. Hace tiempo que los dioses nos abandonaron entre las sombras para que caminaramos en soledad, con el deseo de que aprendiéremos de nuestra larga lista de errores y poder disfrutar de una segunda oportunidad. Seguimos sin aprender, es cierto, pero todavía estamos en el camino, luego hay esperanza.

La esperanza que comienza en el 2010. Como un melón sin abrir, 12 meses nos esperan.

Feliz Año a los fieles seguidores y a los espontáneos que llegan sin saber a este insignificante cajón donde se van acumulando a la vez, las cosas útiles y las inservibles, lo transcendente y lo prescindible e innumerables cachivaches más. Ya se sabe que en un cajón cabe todo y nunca el orden es lo que importa, pero que a poco que busques, encontrarás algo. Ah, amigo, el azar, el azar…

De nuevo, suerte en la aventura del vivir, y ánimo. Lo mejor está por llegar.


miércoles, 23 de diciembre de 2009

SIN PERDÓN


Como ya apuntamos el otro día y ahora confirmamos, la Cumbre de Copenhague se cierra en falso sin acuerdos vinculantes que obliguen a las potencias a variar su estrategia climática. Ni USA ni China dan el paso decisivo para afrontar los desafíos del nuevo siglo. Lo que hacen es enredarse en vacuas promesas cara a los ciudadanos de los que esperan obtener algún rédito, pero sin fecha alguna para rendir objetivos.


Nadie quiere sacrificar su propio desarrollo y su particular relanzamiento económico que le ayude a salir de la crisis rápido si tiene que reducir las emisiones de gases tóxicos. Como dijimos, la Tierra puede esperar. Cada propietario, en su parcelita, hará lo que le pete según sus intereses.


Nadie tiene la suficiente amplitud de miras para ver más allá de sus cortas narices. Tardará en nacer el líder que entienda el concepto de planeta como un absoluto dentro del vasto universo. Alguien que elimine las fronteras y que asuma que el hombre- la Humanidad en su conjunto- junto con la defensa de la integridad de la naturaleza, son las únicas bazas indiscutibles para organizar un futuro mejor y digno para todos, erradicando las lacras del pasado.

Queda mucho para que nazca ese hombre o esa mujer que lidere los Estados Unidos de la Tierra, si es lo que lo dejan nacer. El pérfido sistema de explotación de bienes y personas no se destruye, se autorregenera y vuelve a empezar, sacrificando a los más débiles y envenenando a la Tierra.

Es la economía, señores, la que manda.


lunes, 21 de diciembre de 2009

EL PROFETA



El Profeta, mitad divino, mitad humano, impecablemente vestido con una túnica blanca y sin mácula, elevado sobre un promontorio de verdes hierbas, habló a la multitud allí congregada de esta forma:


Oídme bien:

La tierra no pertenece a nadie, salvo al viento.

- Un murmullo de creciente interés se extendió entre el gentío que no cesaba de aumentar-

Luego dijo:

- Los denarios, o los dineros, no pertenecen a nadie, salvo a los mismos de siempre, los banqueros y los potentados.

- Los parados no me pertenecen a mí, sino a los empresarios sin sentimientos e irresponsables que los despiden.

- El futuro de España o lo que va quedando de ella, no pertenece a los españoles, sino a las minorías nacionalistas que mercadean óbolos por favores.

- Decidir sobre si pueden abortar o no las niñas no incumbe a nadie, salvo a las propias niñas.

- Crear empleo no es una tarea que me quite el sueño. Eso corresponde más bien a alguien que está por encima de mí.

- El fracaso de la conferencia de las Autonomías no puede ser achacado a mí, sino al PP, que bloquea todo lo que puede y más.

- Si se llegan a prohibir los toros en Cataluña no es asunto mío, sino decisión de ellos, los soberanistas.

- El fracaso de la cumbre del clima no me compete. Yo hice lo que pude y medié ante Obama, mas no pudo ser. Con los chinos tampoco, solo me quieren para montar tiendas en el suelo patrio.

- Si no os tocó la Lotería el día 22, yo no amañé los bombos. El azar es como el viento.

- Si los diputados no acuden a las sesiones al Congreso, yo me lavo las manos. Debe ser por el inconveniente del horario.

Para acabar, alejaos de las tentaciones livianas. Del placer carnal y la lascivia, de la gula, el anís y los polvorones. De cualquier vicio, alejaos, que la mano del diablo se esconde detrás. Manteneos limpios y puros, que el fin está cercano.

Y así , peroró y peroró hasta que la noche se hizo cerrada y los grupos comenzaron a disolverse al ver que no había nada que yantar. Ni un remoto parecido al milagro de unos panes y unos peces que cuentan por ahí… De todas formas se marchaban satisfechos de haber podido ver al ungido, al elegido del populacho, al bien amado. Sus palabras tampoco le pertenecían ya a él. Ahora eran del viento.




domingo, 20 de diciembre de 2009

DEL VACÍO Y LA NADA


Hay en los ojos del padre de Marta una sustancia indefinible. Un residuo de fatal melancolía que los atraviesa de par en par junto a un velo turbio de tristeza milenaria. Un desconsuelo y un vacío más turbador que cualquier imagen violenta que tuviéramos la desdicha de contemplar.


La pena con la que habita Antonio se ha convertido en su hermana, en la sombra que le persigue allá donde va. Tal como si le hubieran colocado una venda de lágrimas y esquirlas invisibles que fluye y hiere sin manar por su mirada. Fluye hacia adentro, por los meandros que desembocan en el gran río del corazón sangrante, buscando el mar de la tranquilidad que no llega.

Lo único que dejan translucir esos ojos velados que traspasan el alma del que lo mira es que carga un peso descomunal sobre sus cansados hombros. Un fardo demasiado pesado para llevarlo solo, que lo doblega, pero no le hunde.

Porque Antonio saca fuerzas de donde no las hay y su fortaleza increíble no muestra fisura alguna que permita pensar que se desmorona. Cuando desfallece, es su hija Marta la que lo levanta por los brazos exangües una y otra vez, porque solo ella puede ser la que está detrás de su padre, día y noche.

Es su presencia cálida la que habita todavía su casa, acompañando a su familia a la que nunca abandonará, por más que no aparezca su desvalido cuerpo que un fatal 24 de enero de hace 11 meses, desapareció tragado por la tierra por el pacto tácito de sus jóvenes asesinos. Se perdió entre las sombras y las tinieblas adelantando precipitadamente su hora. Las mismas sombras que velan los ojos de Antonio ahora.


viernes, 18 de diciembre de 2009

AUSENCIAS


Tres días después de su fusilamiento, el cuerpo de Federico fue exhumado de la fosa donde había sido enterrado junto a los banderilleros Joaquin Arcollas y Paco Galadí, el inspector Fermín Roldán, el restaurador Miguel Cobo y el maestro de escuela, Díoscoro Galindo, para ser trasladado, por orden expresa de una autoridad influyente, a otro lugar secreto donde fue depositado para su forzado descanso eterno, con la idea de acallar voces.


Al igual que ocurrió con Jesús de Nazaret, cuando fueron a buscarlo al lugar de su enterramiento, ya no estaba allí, la piedra había sido rodada y el sepulcro, vacío.

En la fosa de Alfacar donde ha concluido sin frutos la tarea de buscar los restos de los demás asesinados- que no los del poeta, no han aparecido , increíblemente- los huesos de ninguna de las víctimas, como si en aquel paraje maldito no se hubieran cometido los brutales crímenes por todos conocidos la madrugada del 19 de agosto de 1936 y lo sucedido entonces hubiese sido un mal sueño.

Sin embargo, en aquella zona o por los alrededores, sucedió la tragedia y si se aguza suficientemente el oído- los años transcurridos no son un inconveniente- no resulta difícil percibir el eco de la fatal descarga que quebró el silencio de la madrugada, rayando el alba la primera luz desvaída del día, como un sudario lechoso que amortajara a los muertos aún calientes.

Una ráfaga de balas asesinas, una metralla insonme, que viene repitiendo su fatal carga hasta hoy , impactando una y otra vez sobre los cuerpos asustados y frágiles de los inocentes sin culpa. Puede oírse el golpe sonoro y pesado de la caída en tierra ,como sacos inertes, de los cuerpos masacrados levantando el polvo seco de la tierra áspera y sedienta, que solo recibe sangre torrencial que se desparrama en brillantes y espesos arroyuelos.

Después son arrojados a una zanja a poca profundidad, desvalijados y enterrados rápidamente. Lo que vino a continuación fue así: Queipo de Llano solo quiso darle un susto al poeta para que este denunciara a su maestro Fernando de los Ríos por escrito. El Judas de esta historia, Ramón Ruiz Alonso tramitó la denuncia pero no tuvo nada que ver con su muerte, afirman fuentes cercanas. Después, el mayor de los Rosales fue quien lo entregó. Del piquete de fascistas que perpetraron las ejecuciones no queda nadie. Cuando llegó a oídos de Franco la noticia, éste se enfadó ostensiblemente con el desenlace y dio órdenes. El Gobernador Valdés fue cesado fulminantemente. A Ian Gibson, el biógrafo, le mintieron sin contemplaciones sobre la posible ubicación de la fosa, igual que a Penón, su predecesor en las indagaciones.

Demasiados interrogantes abiertos que se van cerrando o abriendo, según se mire, el círculo de las hipótesis . Como se ha comprobado tras mes y medio de búsqueda, en el barranco de Víznar no apareció nada porque nunca hubo nada en estos 73 años.

Quizás el padre de Federico buscó a un nuevo José de Arimatea y logró sacar el cuerpo de su hijo días después, con la complicidad o el silencio comprado de los implicados. Puede que esa sea la razón por la que la familia del poeta no quería que se le buscara allí. Sea como sea, Federico descansa en un lugar anónimo- en una tumba sin lápida , como su verdugo Ruiz Alonso, en una extraña coincidencia macabra- donde algunas noches se oye la triste melodía de un piano huérfano y lejano, cuyas teclas se mueven solas en la noche fría e infinita, dejando en el aire una estela de notas suspendidas que flotan sobre los tejados de Granada, que guarda celosamente un turbión de secretos inconfesables tras los muros de sus casas sobre aquella noche maldita en que la sangre de Federico regó la tierra agostada.


viernes, 11 de diciembre de 2009

LA CUENTA ATRÁS


No se parece en nada a una superhéroe de cómic en el físico, pero sí en el espíritu que le anima. Hoy se cumplen 26 días de huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar. 26 días a los que si les sumamos la evolución de las próximas 3 semanas derivarán en un estado crítico, que ya ha comenzado la curva declinante con fuertes dolores la pasada noche y otros síntomas preocupantes para la vida de una mujer que no piensa dar un paso atrás en su doble desafío a los gobiernos marroquí y español. Ha dicho , dada la gravedad de su situación, que regresará Al Aaiún viva o muerta, pero que regresará.


Es un órdago en toda regla a unas autoridades que se lanzan la pelota cada una a su tejado, desentendiéndose de la única solución que esta mujer vulnerable con madera de héroe pide con su callado irse dejando morir : quiere volver a casa para encontrarse con su familia. Lo que pide no es que sea del otro mundo, pero el gobierno magrebí no va a ceder un milímetro en su terca postura y de paso, recordará al mundo que desde hace 30 años, el problema saharaui sigue sin resolverse y latente, una vez que España abandonó a su suerte los territorios en 1975 y no se preocupó más del tema en un vergonzoso acto de dejadez diplomática.

Haidar se irá debilitando paulatinamente. Llegará a perder el conocimiento y sus órganos vitales se resentirán peligrosamente. Aún así, no se espera un gesto de piedad de la parte marroquí que – las presiones de la comunidad internacional , con Estados Unidos a la cabeza, habrán de ser muy fuertes para lo contrario - está decidida a no dar su brazo a torcer. No le concederán el permiso para volar a su hogar y reencontrarse con los suyos. España , como siempre, no alzará la voz ante el vecino de enfrente. No llamará a capítulo a su embajador para leerle la cartilla hasta el punto de que ello afecte a las relaciones bilaterales.


¿ Qué puede suponer entonces , una vida entre el conglomerado de intereses entre los dos países? Menos que nada, un grano de arena en el desierto. Arena que volará de entre los dedos como se va debilitando peligrosamente la salud de Haidar si la razón o las justas presiones no dan fruto inmediatamente entrando en escena ya mismo para evitar un final trágico. En esta partida de ajedrez nadie influyente mueve pieza. A la obstinación y el convencimiento de la activista se le une la inmovilidad pétrea de Marruecos, y la torpeza y la tibiedad de España que deteriora con ahínco su imagen exterior.

Ni siquiera la enorme repercusión mediática del conflicto que cada día que pasa se agiganta logra cambiar la premonición del terrible sesgo que parece adivinarse en el horizonte. Si Haidar muere ¿ Quién será el responsable?, ¿ Servirá su sacrificio para algo?

En la ficción, en el minuto final, los héroes aparecen por ensalmo y solucionan el entuerto y la cosa acaba bien . En la vida real, los héroes en ocasiones se mueren dando su vida por una noble causa. Es lo que, discutible o no, está llevando a cabo esta heroína saharaui, retransmitiendo en directo su autoinmolación, segundo a segundo, dejando al aire las vergüenzas , la ineficacia y el desdén de ambos gobiernos atados a sus respectivos errores, que prefieren perder un peón antes que la partida.


viernes, 4 de diciembre de 2009

AVE CÉSAR


“ Si vis pacem, para bellum”, así lo dejó escrito Vegecio, autor latino especialista en temas militares en su obra “ Epitomia rei militaris” alrededor del año 390 dc y que erróneamente se atribuye al gran Julio César. Si quieres la paz, prepara la guerra es su traducción más acertada y que refleja mejor el espíritu de la letra, y es precisamente lo que ha anunciado el emperador Obama en el templo sagrado de West Point ante sus disciplinadas legiones.


Ha decidido mandar 30.000 efectivos más al secarral de Afganistán para reforzar a los ya 68.000 infantes que ya hollan el suelo afgano, aparte de los que envíen las fuerzas aliadas, que pueden oscilar en torno a los 39.000 hombres. Permanecerán las tropas americanas solo 3 años y después comenzará el repliegue hasta que no quede ni un soldado en territorio hostil.

El objetivo que mueve al nuevo César es crear las condiciones necesarias para que Estados Unidos transfiera las responsabilidades al país en guerra en el menor tiempo posible. Un conflicto que nada tiene de popular y que desgasta día a día a las naciones implicadas, pero que el emperador no puede soslayar, igual que le sucede con el otro frente abierto de Irak, el cierre de Guantánamo o la reforma sanitaria ya puesta en marcha.


Son las mismas guerras de siempre, adaptadas a los tiempos modernos y que la ciudadanía no sabe realmente que esconden bajo la excusa y el paraguas de combatir el terrorismo. Espera Obama ceñir la corona dorada de la victoria en un desfile triunfal por las avenidas de la capital, bajo el son de los pífanos, las trompetas y una lluvia de pétalos de rosas mientras la multitud le ovaciona si nada se tuerce.

Las legiones le aclaman. Los generales esperan órdenes. Fuerza y honor. Veremos que pasa de aquí a tres años. Los gobernadores de provincias enviarán al frente a sus tropas para no defraudar al César. Saben que esta es una guerra de verdad y no una misión de paz. Una diabólica y complicada misión de paz que lidera el reciente Premio Nobel de la Paz. Como se ve, parece un chiste fácil, pero no lo es.

Recuerda , si quieres la paz, prepara la guerra. Obama lo ha captado a la primera.




miércoles, 2 de diciembre de 2009

UNA VISITA INESPERADA


El ratoncito no podía dar crédito a lo que estaba pasando por delante de sus ojillos vivaces, brillantes y avispados en ese momento. Un – podríamos llamarlo- muñeco con toda la pinta de un androide, caminaba a sus anchas por el salón, emitiendo una serie de ruidos sin traducción posible y no pocas luces, azules, amarillas y rojas, destellando intermitentemente a su paso.


No podía, tampoco, averiguar a ciencia cierta, a qué lugar se dirigía dentro de la casa, pero por la dirección de sus torpes pasos, parecía que su intención era enfilar camino de su guarida, un pequeño agujero disimuladamente ubicado junto al sofá, que el padre de familia utilizaba para sus lecturas.

Justo en aquella hora, no había nadie en el espacio inmenso de la casa vacía, y el intrépido roedor - que desde luego de torpe no tenía un minúsculo pelo ya que había conseguido el graduado escolar con unas notas excelentes en un colegio concertado - se devanaba la sesera, preguntándose de donde podría haber salido aquel engendro mecánico, cómo se había puesto en marcha y lo más preocupante, no le cabía la menor duda de que a paso lento, pero seguro, se estaba acercando peligrosamente a sus dominios siguiendo una infausta intuición.

En el diáfano ventanal que iluminaba el confortable y coqueto salón que había sido reformado hacia poco con la pasta de un enésimo préstamo concedido por una caja de ahorros fruto de una apasionada fusión, un fuerte aguacero descargaba su furia desmedida, tamborileando rítmicamente en los húmedos cristales. El ratoncito no sentía miedo alguno, lo más, una leve aprensión en la boca de su pequeño estómago, a lo sumo, pero nada que pudiese ser considerado como un dato relevante. Pero la verdad , es que no quitaba ojo al supuesto juguete, que por su aspecto cambiante, lo mismo pasaba de tener una forma inocente y bobalicona, que se transformaba en una belicosa arma desconocida , metalizada y reluciente, de ojos rojos en forma de ranura y con brazos armados, perteneciente a un tiempo futuro que aún no había llegado. Amedrentador es la palabra.

Donde sí había llegado es justo al límite de la entrada de su escondido hogar y allí, para su sorpresa, se detuvo. El robot miraba al ratón, y éste a su vez, mantenía fijos sus ojillos en la deslumbrante superficie pulida de su andante figura. La escena recordaba un duelo del lejano oeste. Frente a frente , a ver quién desenfundaba primero. Reculando, el diminuto roedor caminaba hacia atrás buscando su agujero, donde una vez encontrado , penetró veloz. La máquina, cuyo nombre de serie desconocemos, avanzaba lentamente hacia él. La tensión aumentaba por momentos.

Y no llegó más lejos. Por lo que fuera, detuvo su movimiento en el mismo recibidor , por llamarlo de alguna forma, del escondrijo del ratoncito. Comenzó a agacharse, y los ruidos y las luces que emitía aumentaban de volumen e intensidad peligrosamente. Con toda seguridad, se trataba de algún tipo de señal, un extraño código para iniciados, ideado para comunicarse de esa forma con no se sabía quién. Al límite de lo que podía flexionar sus piernas de diseño, el robot tendió su mano- garra adentrándola en la oscuridad del agujero, pero no pudo terminar la acción.

De repente, se le había agotado la energía- eléctrica, de pilas, nuclear, o lo que fuese que le daba la vida al mecanismo que lo mantenía activo - quedándose quieto, petrificado como la estatua de Lot cuando miró atrás. Se le apagaron las luces todas a la vez y los ruidos disminuyeron hasta cesar.

El ratoncillo, muy asustado, no se atrevía a salir. Esperaría prudentemente un tiempo razonable por si ocurría algo que pusiese fin a aquella surrealista historia que no terminaba de creer que le estuviese pasando a él. Esperaría , pero no demasiado, puesto que un hambre acuciante le rondaba hacía un buen rato y el hambre desmedida no entiende de razones ,como es bien sabido. Un brusco ruido más fuerte que el de sus tripitas quejumbrosas se oyó de súbito.

La puerta principal de la casa se abrió con un chasquido y se cerró con un fuerte golpe quebrando la tensión del momento.