viernes, 11 de diciembre de 2009

LA CUENTA ATRÁS


No se parece en nada a una superhéroe de cómic en el físico, pero sí en el espíritu que le anima. Hoy se cumplen 26 días de huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar. 26 días a los que si les sumamos la evolución de las próximas 3 semanas derivarán en un estado crítico, que ya ha comenzado la curva declinante con fuertes dolores la pasada noche y otros síntomas preocupantes para la vida de una mujer que no piensa dar un paso atrás en su doble desafío a los gobiernos marroquí y español. Ha dicho , dada la gravedad de su situación, que regresará Al Aaiún viva o muerta, pero que regresará.


Es un órdago en toda regla a unas autoridades que se lanzan la pelota cada una a su tejado, desentendiéndose de la única solución que esta mujer vulnerable con madera de héroe pide con su callado irse dejando morir : quiere volver a casa para encontrarse con su familia. Lo que pide no es que sea del otro mundo, pero el gobierno magrebí no va a ceder un milímetro en su terca postura y de paso, recordará al mundo que desde hace 30 años, el problema saharaui sigue sin resolverse y latente, una vez que España abandonó a su suerte los territorios en 1975 y no se preocupó más del tema en un vergonzoso acto de dejadez diplomática.

Haidar se irá debilitando paulatinamente. Llegará a perder el conocimiento y sus órganos vitales se resentirán peligrosamente. Aún así, no se espera un gesto de piedad de la parte marroquí que – las presiones de la comunidad internacional , con Estados Unidos a la cabeza, habrán de ser muy fuertes para lo contrario - está decidida a no dar su brazo a torcer. No le concederán el permiso para volar a su hogar y reencontrarse con los suyos. España , como siempre, no alzará la voz ante el vecino de enfrente. No llamará a capítulo a su embajador para leerle la cartilla hasta el punto de que ello afecte a las relaciones bilaterales.


¿ Qué puede suponer entonces , una vida entre el conglomerado de intereses entre los dos países? Menos que nada, un grano de arena en el desierto. Arena que volará de entre los dedos como se va debilitando peligrosamente la salud de Haidar si la razón o las justas presiones no dan fruto inmediatamente entrando en escena ya mismo para evitar un final trágico. En esta partida de ajedrez nadie influyente mueve pieza. A la obstinación y el convencimiento de la activista se le une la inmovilidad pétrea de Marruecos, y la torpeza y la tibiedad de España que deteriora con ahínco su imagen exterior.

Ni siquiera la enorme repercusión mediática del conflicto que cada día que pasa se agiganta logra cambiar la premonición del terrible sesgo que parece adivinarse en el horizonte. Si Haidar muere ¿ Quién será el responsable?, ¿ Servirá su sacrificio para algo?

En la ficción, en el minuto final, los héroes aparecen por ensalmo y solucionan el entuerto y la cosa acaba bien . En la vida real, los héroes en ocasiones se mueren dando su vida por una noble causa. Es lo que, discutible o no, está llevando a cabo esta heroína saharaui, retransmitiendo en directo su autoinmolación, segundo a segundo, dejando al aire las vergüenzas , la ineficacia y el desdén de ambos gobiernos atados a sus respectivos errores, que prefieren perder un peón antes que la partida.


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