miércoles, 23 de diciembre de 2009

SIN PERDÓN


Como ya apuntamos el otro día y ahora confirmamos, la Cumbre de Copenhague se cierra en falso sin acuerdos vinculantes que obliguen a las potencias a variar su estrategia climática. Ni USA ni China dan el paso decisivo para afrontar los desafíos del nuevo siglo. Lo que hacen es enredarse en vacuas promesas cara a los ciudadanos de los que esperan obtener algún rédito, pero sin fecha alguna para rendir objetivos.


Nadie quiere sacrificar su propio desarrollo y su particular relanzamiento económico que le ayude a salir de la crisis rápido si tiene que reducir las emisiones de gases tóxicos. Como dijimos, la Tierra puede esperar. Cada propietario, en su parcelita, hará lo que le pete según sus intereses.


Nadie tiene la suficiente amplitud de miras para ver más allá de sus cortas narices. Tardará en nacer el líder que entienda el concepto de planeta como un absoluto dentro del vasto universo. Alguien que elimine las fronteras y que asuma que el hombre- la Humanidad en su conjunto- junto con la defensa de la integridad de la naturaleza, son las únicas bazas indiscutibles para organizar un futuro mejor y digno para todos, erradicando las lacras del pasado.

Queda mucho para que nazca ese hombre o esa mujer que lidere los Estados Unidos de la Tierra, si es lo que lo dejan nacer. El pérfido sistema de explotación de bienes y personas no se destruye, se autorregenera y vuelve a empezar, sacrificando a los más débiles y envenenando a la Tierra.

Es la economía, señores, la que manda.


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