jueves, 29 de octubre de 2009

Al otro lado


AL OTRO LADO
Descansa ya Emilio junto al esplendor de la hierba, en un lugar – queremos creer- donde la luz baja remansada, arrancando quilates dorados a las piedras inmóviles y esquirlas de plata a los ríos caudalosos que buscan el encuentro con el mar para fundir sus aguas.
Su pelo blanco se habrá tornado oscuro y la piel desgastada por los días habrá recuperado su lozanía. De las manchas de las manos no quedará ni rastro y en los ojos y en la mirada, un brillo renacido le acompañará desde ahora.
Altiva se levanta la arboleda en la que los pájaros sin tiempo, cantan. En las altas cumbres, penachos blancos y vetas anaranjadas brillan como espejos. Un vientecillo suave le acaricia el rostro rejuvenecido y un sendero limpio y sin maleza se abre ante sus pies.
Aquí, al otro lado del espejo, sin embargo, su familia, deudos y amigos despiden su cuerpo inerte, que la tierra espera, con la pena atravesada en el corazón.
Ya nada importa. El San Antonio se mantiene anclado a su roca como un navío en mitad de la niebla, enfilando su proa y manteniendo el rumbo. La Cruz del Tajo proyecta su sombra y se eleva rozando la espuma evanescente de las nubes, intemporal y ajena al discurrir de las horas.
Los hombres se entretienen con sus cuitas y preocupaciones, desperdiciando el tiempo que les fue concedido y que se agota, veloz e invisible, olvidando lo que verdaderamente importa, atendiendo a lo superfluo y lo vano.
Emilio ya no es de este mundo. Se acabaron las disputas y los enojos, el sufrimiento y el dolor, las congojas y los desengaños, el rastro desdibujado que deja la felicidad efímera. Una sonrisa despunta en sus labios. Una diosa del bosque le hace señas para internarse en la fronda.
Agujas de luz le rozan el cuerpo.
“ No lloréis por mí” musita en voz baja. Entre las ramas un eco de pájaros tiembla entre las hojas.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Una breve semblanza


EMILIO RUBIALES ROJAS
UNA BREVE SEMBLANZA

Coincidiendo casi en el tiempo con el fallecimiento de Sabino Fernández Campos, ex- Jefe de la Casa Real, que se ha llevado a la tumba los secretos del 23-F, acaba de fallecer en Ubrique Emilio Rubiales Rojas , primer Alcalde democrático de Ubrique y diputado a Cortes por el PSA de 1979-1982, y que fue testigo presencial de aquella famosa asonada que estuvo a punto de conseguir que España volviera de nuevo a las cavernas, retrocediendo en la Historia, recién iniciada su andadura democrática.
Con la muerte de este político ubriqueño se cierra una forma de entender el oficio como servicio al pueblo, como un acto de cercanía con el ciudadano, ejerciendo un estilo más limpio , decente y pulcro, lleno de buenas maneras y gestos, que el actual, muy lejos de ese ideal que citamos.
Son muchas las cosas que se pueden decir de este político de raza, que compatibilizó la Alcaldía de su pueblo con un acta de diputado en el Congreso, en los años ilusionantes de la Transición, y que entre viaje y viaje a Madrid, comenzó a levantar el armazón de un Ubrique con proyección de futuro, moderno y eficiente, que debería haber sido durante más tiempo el verdadero motor de la Sierra de Cádiz, en el que la Cultura debía ocupar un lugar preeminente y primordial y al que había que darle su sitio tal como se hizo en la primera Corporación de la democracia local, presidida por él.
Recuerdo ahora con nostalgia tantas reuniones que celebrábamos en el patio acogedor de su casa, de la que nacería el germen de lo que posteriormente sería el PA local , cuando el gusanito de la política y la ilusión por cambiar lo que podía mejorarse, me entró con fuerza y pasión, hasta que la desilusión y el hastío hicieron mella en mí , décadas después.
Recuerdo también las interminables reuniones de partido, las duras campañas electorales y sus pobres resultados, las cainitas luchas internas por el poder dentro del PA a lo largo de los años, y sobre todo las veces que asistía a los Plenos desde el público, para que Emilio y también mi padre, no se sintieran demasiado solos en la bancada de la oposición- en el dilatado período de hegemonía socialista presidida por Ignacio Calvo- en la que ambos se enzarzaban en ásperos y rudos debates en el que las palabras subían fácilmente de tono, y que ahora, vista con la distancia que da el tiempo, me acercan una visión más romántica y entregada del ejercicio político, muy lejos del ambiente generalizado de corrupción que se respira en la España actual, por desgracia para todos.
Se ha marchado, pues, un ubriqueño ilustre al que en el año 2004 se le negó el título de Hijo Predilecto de Ubrique, a petición del PP, argumentando el entonces portavoz del PSOE, José María Reguera, que el propuesto no reunía méritos suficientes para ello.
Sí, es posible que así fuera. Que haber sido Alcalde y el único diputado a Cortes de Ubrique hasta la fecha, no sean motivos suficientes para ser distinguido, y que para haberlo obtenido de manos de sus compañeros hubiera tenido que destacar de manera harto notoria y brillante en la faceta política, que fue la que cultivó principalmente.
En realidad, da lo mismo, ahora que acaba de dejarnos. Sin embargo, para la intrahistoria de su pueblo, para la memoria de los ubriqueños, que es lo que de verdad importa, lejos de las refriegas y rencillas partidistas, Emilio Rubiales quedará para siempre como un prohombre a la antigua usanza, fiel servidor a la noble causa del arte de la política, basado en el diálogo y los acuerdos, y no en las descalificaciones y la ineficacia tan comunes hoy por hoy.
Con sus aciertos, que los tuvo, y sus errores, que también los tuvo, lo único que ha de quedarnos es su imagen de servidor público, desde la responsabilidad de liderar un gobierno municipal o desde la soledad del banquillo de la oposición , sin menoscabar su período madrileño, tan interesante y vital. Todo lo demás sobra. Quiérase o no, ya forma parte de la historia de Ubrique y por lo tanto, el legado que no deja a nosotros, que le conocimos y a las venideras generaciones debe ser recordado con orgullo y honor.
Parece que fue ayer cuando bajaba las escaleras del Ayuntamiento con su cigarrillo Record en la mano , joven o maduro pero siempre ilusionado y comprometido , cargado de papeles, por esa misma Puerta principal de la Casa de Todos, que ahora permanece cerrada, y que él abrió de par en par como símbolo de libertad.

jueves, 15 de octubre de 2009

LA LLAGA DE LA TIERRA


LA LLAGA DE LA TIERRA
En una España hundida en una profunda crisis económica, social, educativa y probablemente moral, donde flota en el aire que respiramos una profunda desazón y un obstinado pesimismo por el rumbo que han tomado las cosas que más nos afectan: las que conciernen al trabajo y al bolsillo. En este clima enrarecido, digo, va a producirse un acontecimiento de una magnitud considerable a nivel nacional e internacional, que obligará a desplazar los focos de atención al barranco de Víznar ( Granada), donde mañana , viernes 16 de octubre de 2009, se abrirá la fosa donde supuestamente reposan los restos de Federico García Lorca, para proceder al análisis e identificación de las personas que allí fueron asesinadas un 19 de agosto de 1936.
Son muchos y destacados los investigadores e historiadores que han esperado que llegara ese día, para tratar de desvelar un enigma que con el tiempo ha adquirido la categoría de mito o de expediente x. Cualquier resto que aparezca, desde una simple hebilla, o un fragmento de un zapato o cualquier otro material, obtendrá inmediatamente la categoría de tesoro. El más leve indicio que sea hallado en la oscura fosa común, ayudará a reconstruir los detalles de aquel fatídico paseo ordenado por un militar sin escrúpulos ni corazón, gracias a la denuncia de Ramón Ruíz Alonso, que fue a buscar al poeta a la casa de los Rosales, donde Federico creyó encontrarse a salvo.
Aquel error inconmensurable traería consecuencias irreparables. En vez de huir y poner tierra de por medio, Federico optó por quedarse tan cerca de las garras del lobo que éste, apercibido de su presencia no tardó, lo que se dice nada, en ir a por él, para consumar un drama como los que el mismo Lorca escribía.
Ahora sólo queda comprobar si la “ anomalía” detectada por los georadares, que revela que la fosa tenía capacidad para apilar como mínimo a 5 o 6 cuerpos,- lo que demuestra que era lo suficientemente grande para albergar a tantos-, se encuentran efectivamente los despojos del insigne poeta y los que le acompañaron aquella noche trágica, tan importantes a nivel humano como el escritor. También será necesario que los herederos de Lorca acepten al final su identificación, tal como desean los familiares del resto de los allí enterrados con sus deudos, si se llegase a buen puerto su propuesta de que se calificara como cementerio el lugar de los crímenes incluyendo el barranco de Víznar.
O puede, que al contrario, se confirme la hipótesis de la exhumación y que Federico no estuviese allí porque su cuerpo fue trasladado varios días después de su asesinato a otro lugar secreto donde estaría enterrado.
Se encuentren o no sus restos, no es justo que más de 100.000 asesinados por la represión franquista, duerman aún junto a las cunetas y en fosas comunes, sin recibir una digna sepultura y poder descansar en un lugar donde sus familiares y amigos puedan recordarlos con dignidad y con honor.
Es un tributo que les debemos para poder cerrar algún día las heridas sangrantes que manan sin cesar por la llaga herida de la tierra que los oculta, a pesar de los años transcurridos. Se lo debemos a Federico y hay que saldar la deuda.