PINCELADAS
CASIANO
LÓPEZ PACHECO
Todo lo que nos fue dado es temporal, efímero,
fugaz. Prestado es la palabra justa, el término adecuado, la medida exacta de
aquello de lo que disfrutamos y el día menos pensado, perdemos por una carambola
del azar, un codazo de la mala suerte o una caída repentina a los abismos.
No hay ningún cabo al que aferrarse, ninguna cuerda
a la que asirse. Lo que tenemos se perderá por los sumideros del tiempo sin
posibilidad alguna ni de acumular ni de retener, como si en ese afán de
consumir y gastar se resumiera el secreto de la felicidad.
Creemos a pies juntillas que los días y las horas
que desperdiciamos buscando la quimera del triunfo y del poder o la ascensión a
las más elevadas cumbres donde podamos ejercer algún tipo de dominio sobre los
demás nos provocará de facto un sublime orgasmo de duración ilimitada. Pobres
ilusos.
Y así los que
detentan mayor cuota de poder roban a manos llenas. Empobrecen
vertiginosamente a los más pobres. Desahucian a los que no pueden pagar sus
pisitos tratándolos como verdaderos desechos. Destrozan familias que estaban
unidas llevándolas al límite del sufrimiento. Reclaman las deudas a un interés
multiplicado por mil, de un dinero parido por una burbuja que se preocuparon de
inflar para pillarnos deliberadamente , como
así sucedió.
Y se quedaron tan panchos con sus faltriqueras
rebosantes de oro, placeres y lujos que nos restriegan por los ojos para darnos
envidia. Los muy capullos, ignorantes , desconocen
la verdad suprema. Que nadie se va a llevar nada de aquí. Que se nace desnudo y
se muere igual., y que la muerte, como
las máscaras del carnaval, iguala a todo el mundo y que cualquier afán o deseo
ha de chocarse contra ese muro infranqueable.
A pesar de ello, persisten en jodernos la vida. Que
se jodan ellos. Para vivir no se necesita tanto y lo realmente importante,
sépanlo de una puta vez, no se compra con dinero.