miércoles, 14 de julio de 2010

El DEBATE VACÍO

Después de oirlos detenidamente, uno se da cuenta de la evidencia de que sólo se tiene a sí mismo para salir del caos al que nos ha empujado una clase política que vive en un mundo  feliz y despreocupado,  muy distante de la realidad cotidiana que los ciudadanos padecemos con estoicismo y paciencia infinita. Ya no nos seduce  por lo tanto,  ningún canto de sirena de un presidente autista travestido de Pinocho que persiste en los mismos modos y maneras desastrosos con que se recrea tan a menudo. Pero se le acabó el regate corto y el mercadeo tan útiles al principio de su peculiar gobernanza. La alternativa tampoco es como para tirar cohetes, de ahí la sensación de inquietud que nos corroe por dentro como una dramática intuición de tintes fatales e ineludibles que flota en el ambiente. Apañados vamos.

No hay comentarios: