Ningún día sin una línea, un trazo o un ramalazo de color. Ningún día sin una palabra, un verso o el retazo enganchado de un sueño. Ningún día sin una causa perdida que defender o un entuerto que enderezar. Como un Quijote cualquiera, de ciudad o de provincias, da lo mismo. Y que el cielo de una tregua para que luzca el sol que nos ha dejado huérfanos.
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